By Juan Luis Simancas - 17 enero 2024
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El auge de las botellas retornables en América Latina es un ejemplo destacado de prácticas sostenibles que están ganando terreno en la región y que podrían servir como modelo para el resto del mundo. En México, aproximadamente el 50.6% de las botellas de bebidas listas para consumir son retornables, siendo las de vidrio las más comunes y reutilizándose hasta 50 veces. Los envases de plástico PET también muestran un alto nivel de reutilización, siendo usados hasta 20 veces antes de ser reciclados. Esta tendencia no solo promueve la sostenibilidad ambiental, sino que también genera beneficios económicos y sociales significativos.
Empresas como Grupo Modelo y Coca-Cola Latinoamérica están a la vanguardia de esta iniciativa. Grupo Modelo ha establecido un objetivo ambicioso de cambiar completamente a botellas de vidrio retornables o recicladas para 2025, demostrando un compromiso serio con la sostenibilidad. Coca-Cola, por su parte, está promoviendo la "Botella Universal" en Costa Rica, un proyecto que busca eliminar las versiones de un solo uso y fomentar la reutilización.
Beneficios de las botellas retornables
El éxito de estas iniciativas en América Latina se debe a varios factores:
Reducción de residuos: Las botellas retornables ayudan a disminuir significativamente la cantidad de basura que se genera, contribuyendo a la mitigación del problema de los desechos plásticos.
Ahorro de recursos: Reutilizar las botellas reduce la necesidad de producir nuevas, ahorrando recursos naturales y energía.
Costos más bajos: Los envases retornables son más económicos a largo plazo, lo que se traduce en precios más bajos para los consumidores y ahorro para las empresas. Según Jorge Montaño de CHEP, los envases reutilizables pueden reducir hasta un 60% del costo en comparación con las versiones de un solo uso.
Consumo responsable: La adopción de botellas retornables fomenta hábitos de consumo más responsables entre los consumidores, quienes prefieren estas botellas por su costo y por la percepción de que los productos saben mejor.
En conclusión, los países desarrollados pueden aprender mucho de estas estrategias implementadas en América Latina. La sostenibilidad no solo debe verse como un lujo costoso, sino como una solución asequible y efectiva. Las iniciativas responsables y las leyes que promueven la responsabilidad de los productores son cruciales, pero deben estar acompañadas de un entendimiento real de las barreras económicas.
Casos como el sistema de botellas retornables en América Latina demuestran que con una mentalidad inclusiva y colaborativa, es posible alcanzar resultados significativos para la sostenibilidad y la salud del planeta. Estoy de acuerdo con que estas estrategias deberían ser adoptadas globalmente, ya que ofrecen una forma práctica y efectiva de enfrentar la crisis ambiental mientras se promueve el desarrollo económico y social. La clave está en fomentar la colaboración entre gobiernos, empresas y consumidores para lograr un impacto duradero y positivo.
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